Torre Eiffel, París

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Otra de las citas a la que no debéis faltar es la visita obligada a la Torre Eiffel, símbolo más representativo de la ciudad. Se trata de un monumento de más de 300 metros de altura, que seguro conocéis de sobra, pero no os dejará de impresionar cuando estéis en la base. Tiene un restaurante por lo que es un buen sitio en el que tomar el almuerzo. Porque para la cena os tengo reservado el Moulin Rouge, el cabaret más famoso del mundo, donde además podréis disfrutar de un espectáculo inolvidable, el mítico cabaret de París.

Además, en París hay mil y un lugar donde realizar turismo cultural. Debido al corto tiempo de la escapada os recomendaría visitar el Museo de Louvre, una de las pinacotecas más conocidas del mundo junto al Museo del Prado en Madrid. Y la Catedral de Notre Dame, que por si sola ha sido capaz de protagonizar infinidad de películas e historias. Por no hablar del Palacio de Versalles, un poco alejado del núcleo urbano pero de una belleza única en el mundo.

Por último, si os queda algo de tiempo para el ocio a las afueras de París se encuentra Eurodisney, el parque temático más importante de Europa, donde podréis pasar un rato divertido junto al pato Donald y Mickey Mouse.